domingo, 21 de octubre de 2012

Otoño

Hoy fue uno de esos días en los que la vida me grita que sigo viva.
Hoy fui la piramide de Cholula a tomar fotos con Irene. Es uno de mis lugares preferidos en esta ciudad a la que de ves en cuando olvido lo mucho que la quise un día. Es entonces las 6 de la tarde cuando el sol empieza a bajar y llega ese tiempo hermoso donde la luz es perfecta y le da a todo un toque mágico.
Hasta arriba en la iglesia, donde se puede admirar mi bonita ciudad mis ojos encontraron a una mujer meditando, era muy hermosa con rasgos asiáticos pero mezclados con otra raza. Su expresión era tan calmada y concentrada, aspirando toda la energía que el momento le estaba dando. Me quede un momento a contemplarla pensando de donde vendrá, que estara haciendo aquí, que idiomas hablará? Siempre amo ver trotamundos, me hacen recordar mi pasado y querer imaginar mi futuro. La mujer abrió los ojos, agarro su cámara y comenzó a tomar fotos al paisaje, me pareció muy interesante y hermosa, entonces me acerque a preguntar si podía tomarle una foto. instantáneamente me sonrió a mi pedido y con un hermoso acento y voz suave me dijo "Claro, claro. Yo también tomo fotos, entones yo se como es eso" empezó a sonreír para la cámara y tomar diferentes poses. Amo cuando desconocidos en la calle se muestran muy cómodos y naturales ante la cámara de un extraño. Sentí la curiosidad de preguntarle mil cosas sobre ella, pero me sentí tímida, entonces solo di las gracias y me fui.
Segundos después encontre a un hombre curioso, con un atuendo muy adecuado para un turista  tomando fotos de pájaros reposando en un árbol. De nuevo empece a sentir el hormigueo en mi estomago queriendo saber más sobre él, pero lo único a lo que me atreví fue a preguntarle si podía tomar una foto de él. Se mostró muy amable y enseño una gran sonrisa a la cámara. Me aleje sintiéndome un poco decepcionada hacia mi misma sobre la timidez estúpida, pero en ese momento note que el hombre y la mujer se acercaban a hablar, venían juntos. Me acerque a escuchar lo que decían y mi corazón se detuvo cuando escuche "E muito bonito,  nāo é?" HERAN DE BRASIL! En ese instante me acerque deprisa a hablar con ellos. Meses de tener miedo de que mi portugués se fuera perdiendo hasta quedar en cenizas se terminaron cuando de pronto me di cuenta que estaba hablándolo fluente y deprisa, las palabras brotando desde mi corazón. Él era un hombre que venía desde Curitiba para hacer su maestría con su esposa en la Ciudad de México, y habían invitado a la joven que se llama Karla a visitar México con ellos. Les explique lo mucho que amo Brasil y como deje mi corazón en Rio. El hombre me dijo que pusiera mi mente concentrada en ese objetivo y entonces que el estaba seguro que regresaría, que muy pronto regresaría al mar, uno de los lugares de donde verdad pertenezco. Entonces sin ni siquiera aviso previo, miles de lagrimas comenzaron a brotar de mis ojos, esas palabras tomaron lo más profundo de mi corazón donde ya desde hace tiempo procuraba no tocar. De repente todos se acercaron a abrazarme, y se convirtió en un abrazo grupal entre la joven, el señor, yo e Irene. Fue un momento perfecto que lleno mi corazón de fuerza y amor. Hablamos un momento sobre México, sobre como Karla cuando aterrizo sintió que había llegado a casa. Entonces recordé como fue conmigo, como cuando aterrice ya un año atrás llore de tristeza por haber regresado, sentí una punzada de traición hacia mi patria, nunca podré sentir el amor de verdad que siente otras personas hacia este lugar. Nadie puede comprenderlo, sin embargo yo sí y con eso me basta.
Hablamos por un tiempo y después nos tuvimos que despedir. Karla me dio sus datos por si voy a Curitiba un día. Pero antes de separarnos, el señor me abrazo de nuevo y me agarro de las manos; "Eres alguien muy especial y nunca te olvides de esto. Regresaras a Brasil". Parecía que estaba viendo directo a mi corazón. AH! Me siento tan agradecida por este momento maravilloso que me han regalado.
Amo este tipo de momentos maravillosos en los que la vida te sacude y te hace sentir mariposas. Me hace recordar que estoy viva y que siga luchando por lo que quiero.




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