viernes, 11 de enero de 2013

Love words for my mom.

Hoy me doy cuenta de una nueva enseñanza que tu corazón me ha dado. Bondadoso, fuerte y amoroso.
Siempre desde pequeña me haz enseñado ha vivir la vida a mi propia manera, con una filosofía y religión de amar y respetar, cuidando al mundo, a lo que nos ha dado vida, nuestro hogar donde crecen plantas y hay agua que nos da vida. Me haz enseñado a amar a la gente que me rodea, dando pequeños gestos de amor a la gente que incluso no conozca, te importa la vida, te importan los sentimientos e ideas unicas. Me haz enseñado a parar y contemplar la vida, admirando tanto los grandes momentos como los pequeños que pasan en segundos, aquellos que hacen especial todo. Me haz enseñado a maravillarme, incluso por las cosas pequeñas que yo muchas veces he llamado tontas, pero tu no cambias, tu sabes que es extraordinario, pues sigue siendo vida. Me haz enseñado a perdonar, incluso cuando te han echo mucho daño, porque así sanas heridas, sanas tu alma. Me haz enseñado a vivir la vida como soy yo, tener un corazón único al cual serle fiel y nunca tratar de cambiarlo, pues es especial. Y ahora, cuando pienso que tu corazón podría estallar de tanto amor, me enseñas más, a dar más amor pues nunca es suficiente.
      Al comienzo no comprendía el interés que empezaste a sentir por los animales, yo podía comprender apoyar ideas, defendiendo y apoyando, pero nunca actuando. No te juzgué, me quede callada cuando tú ayudabas, cuando parabas a ver a los perros en la calle, cuando querías darles comida, te dije que te apoyaba pero aun así no podía comprender el porque, me enojaba, sentía desesperación. Me moleste cuando trajiste a rufo a casa, después de días de haberlo visto bagar por las calles, sucio hambriento y con miedo, lo recogiste tú sola, lo mandaste a bañar, de diste vacunas y le diste como hogar nuestro hogar. Fue sorprendente la transformación de Rufo. Lento y tímido fue conociendo su nuevo hogar, pero fue poco el tiempo que tomo para amarte. Yo poco a poco me fui acercando a él, no por completo dando una bienvenida, pero si aceptándolo pues era algo tuyo, algo que tu habías echo, algo que te importaba. Me di cuenta con un poco de tiempo que Rufo era un regalo para nuestro hogar, aportando aun más felicidad de la que ya había, encajando perfecto a nuestra familia. Ahora amo a esta pequeña nubecita de lluvia que trae vida, y he aprendido una vez más de ti mama y me sorprende de todo el amor que puedes dar. Esto es lo que mi corazón aprende de ti y prometo seguir esta religión de amor y bondad que me enseñas, de siempre dar mas amor pues nunca es suficiente.









No hay comentarios:

Publicar un comentario